Diez, de Gretchen McNeil

Diez
(Ten)
de Gretchen McNeil
Traducción de Daniel Hernández Chambers

Cuando Meg y Minnie reciben una misteriosa invitación a una fiesta en Henry Island, no dudan en mentir a sus padres para no perdérsela. Es una oportunidad única antes de empezar la universidad. 

Al llegar a la isla, conocen a los otros ocho invitados y encuentran un DVD con un siniestro mensaje: «La venganza es mía». Meg empieza a sospechar que algo no va bien. Una terrible tormenta los deja aislados sin electricidad ni wifi, y faltan cuarenta y ocho horas para que llegue el próximo ferry. 

El primer cadáver puede interpretarse como un suicidio, pero aparece otro... Entonces, Meg comprende que el mensaje iba en serio. ¿Podrán Meg y Minnie salir con vida?

¿No os pasa a veces que un libro os gusta y os cuesta saber por qué? Eso es lo que me ha pasado con Diez. No destaca literariamente en ningún aspecto y, sin embargo, me ha tenido enganchado como ningún libro me ha enganchado en meses, tanto, que lo terminé en apenas un día.

Este libro es una especie de retelling moderno de Diez negritos, de Agatha Christie. Confieso que no he leído la novela original, así que no puedo juzgar los parecidos, pero sí que me ha dado durante toda la novela la impresión de que la autora se ajustaba a un patrón predefinido. Lo cierto es que los personajes no destacan en ningún momento, no tienen nada que los haga especiales. Algunos son más arquetípicos y otros menos, pero, aunque la protagonista no me ha desagradado demasiado, ninguno logra brillar por encima de los demás.

A ello se le une un estilo demasiado simple, bastante pobre en ocasiones, que no se centra en dar muchos detalles de prácticamente nada. Tampoco ayuda que la traducción me haya parecido excesivamente literal, y que la abundancia de falsos amigos me haya sacado del texto en más de una ocasión.

Y, entonces, ¿por qué me ha gustado? Porque engancha una barbaridad. En serio. Como decía al principio, el libro me ha tenido enganchado desde la primera página hasta la última, hasta el punto de que no hacía otra cosa que no fuera leer o pensar en la historia. Este es uno de esos libros que pueden llegar a obsesionarte mientras lo lees, aunque objetivamente no seas capaz de decir por qué exactamente.

La trama de misterio también me ha gustado. Algunas cosas resultaban un poco obvias, y otras, poco creíbles, pero la autora, pese a sus fallos, ha logrado mantener mi interés hasta el final. Puede que para algunas personas sea sencillo averiguar quién es el asesino, pero descubrir sus motivos son lo que hacen la novela verdaderamente interesante.

Sí, literariamente no es que sea gran cosa precisamente, pero, seamos sinceros: muchas de mis películas favoritas tampoco son joyas del séptimo arte. Este es un libro de entretenimiento, sin pretensiones, sin más objetivo que el de hacer pasar un buen rato. Y, desde luego, conmigo lo ha conseguido. ¿Lo volveré a leer? No. ¿Me arrepiento de haberlo leído? Tampoco. Eso sí, si hicieran película creo que me lo pasaría genial verla.

En definitiva, Diez es un libro ameno y entretenido, que engancha una barbaridad, pero no llega a mucho más que eso. ¿Recomendaría comprarlo? No a todo el mundo, la verdad. Eso sí, si cae en vuestras manos seguro que os proporcionará un par de tardes entretenidas y bastante intensas, siempre que no esperéis gran profundidad.

Lo mejor: Engancha brutalmente y no te suelta.
Lo peor: La falta de profundidad.
Te gustará si... te apetece una lectura sencilla pero adictiva.