Zafiro, de Kerstin Gier

 Zafiro

de Kerstin Gier

Antes de coger Zafiro, sabía que me iba a gustar. De hecho, creo que no pasaron ni cinco minutos desde que terminé la primera parte, Rubí, hasta que cogí esta segunda. ¡No podía esperar! Y como era de esperar, la novela no me decepcionó lo más mínimo; incluso me gustó más que la primera parte. Si te estás mordiendo las uñas de ansiedad por leer Zafiro, cálmate o te vas a quedar sin manos y no podrás sostener el libro; y te aseguro que vale mucho la pena leerlo. El 18 de febrero ya sale a a la venta :) Muchas gracias a la editorial Montena por la oportunidad de leer Zafiro antes de que llegase a las librerías.

Historia:
Personajes:
Estilo:
Ritmo:
Opinión: 

Gwen está hecha un lío… Gideon, su “compañero” de viajes en el tiempo la está volviendo completamente loca: tan pronto la besa apasionadamente como la ignora con desdén. Y es que nadie dijo que el amor a través del tiempo fuera una empresa fácil, ni mucho menos. Por suerte, Gwen tiene a su mejor amiga Leslie, a James, el fantasma del instituto, y a Xemenius, una gárgola bastante irreverente, para que le echen una mano en sus altibajos amorosos. Ah, y en lo de comportarse como la ahijada de un marqués o un duque del siglo XVIII… Porque desde que se ha convertido en la última viajera en el tiempo parece que estos son sus planes: asistir a una soirée en el año 1782, salvar el mundo y, sobre todo, no dar el cante. Así que ahora su vida consiste en aprender a bailar el minué (que no es nada sencillo) mientras decide lo que siente por el chico de sus sueños (que tampoco lo es). 

Los personajes, no sé muy bien por qué, me han gustado muchísimo más en esta segunda parte. Gwen saca su carácter y decide que, si nadie le quiere contar qué está pasando exactamente, tendrá que descubrirlo ella. Ya no se limita a esperar y a mirar que hace la gente a su alrededor. Gideon por su parte, se muestra tan malditamente bipolar como siempre, pero esta vez su bipolaridad me ha encantado y me ha parecido más que justificada. Por fin conocemos un Gideon humano, no una figura perfecta a los ojos de Gwen. Se irrita, duda, se enternece, se indigna... Y la pobre Gwen ya no sabe qué pensar. En Zafiro la "historia de amor" (y lo pongo entre comillas porque no es una pastelada que eclipsa todo lo demás sin ninguna razón) toma más importancia, así que si echasteis en falta un poco más de toque rosa en la primera parte, aquí lo vais a encontrar. De todos modos, no puedo callarme; vuelvo a decir que a veces todos esos sentimientos "oh, le amo", "oh, quiero morir", "no, ahora soy la persona más feliz del mundo" son algo exagerados para  personas que se conocen desde hace tres días... Pero bueno, me ha gustado igual y la historia me ha hecho indignar mucho, muchísimo y sonreír mucho, muchísimo (y volver a indignarme mucho, muchísimo... Sí, leyendo Zafiro creo que uno se contagia de la bipolaridad de Gideon).

No puedo dejar de citar a mi querido Xemerius y a Leslie. Leslie, la mejor amiga de Gwen, parece que a veces tiene realmente más madera de protagonista que Gwen. Si la viajera del tiempo necesita saber algo, da por seguro que Leslie lo encontrará. Además, ahora contará con la inestimable ayuda de otro personje (¿quién será, será?). Y Xemerius... Xemerius es un daimon gárgola adorable y más que cargante que te hará reír, tanto por sus bromas como por la desesperación de Gwen, que no consigue quitárselo de encima.

Las descripciones de lugares y ropas de época son fantásticas y te permiten recreear escenarios completos con gran verosimilitud. La soirée es deliciosa en ese aspecto (y en muchos otros). Lo que no me convence del todo sigue siendo el encontrar marcas, cantantes y actores desperdigados por las páginas, como ya dije en la reseña de Rubí.

Lo mejor de Zafiro es que cuando lo coges no puedes dejarlo. No hay páginas de relleno, si pasa algo es porque tiene un sentido dentro de la historia (que más tarde o más temprano se descubre). La lectura es amena, divertida y más que entretenida.

Si Rubí me sorprendió, Zafiro lo ha hecho el doble, y ya era difícil. Y lo mismo con el final. Si Rubí me dejó mordiéndome las uñas y preguntándome... ¡¿Ha dicho lo que ha dicho?!, la segunda parte no podía ser menos y me ha dejado deseando Esmeralda, la tercera parte. Kerstin tiene el don de saber terminar en el momento justo, el momento en que pasas de página mientras tu cerebro grita ¡Oh Dios mío! ¿Y ahora qué? Pues ahora... a esperar a que salga la última parte.

En definitiva: Zafiro es una novela amena y divertida que, aderezada con un poco de misterio e historia, convertirán los viajes en el tiempo y las gárgolas y fantasmas parlanchines en algo completamente real.

Lo mejor: la intriga que impregna cada página (y Xemerius, por supuesto).
Lo peor: a veces la historia de amor no me resulta del todo creíble.