Éxodo, de Anissa B. Damom

Éxodo

de Anissa B. Damom

Éxodo, de la española Anissa B. Damom, es un libro que gané en un concurso que organizó el blog Yo leo fantástika (¡gracias! *__*) y recibí hace ya unos meses. Aunque en un primer momento el libro me atraía bastante, la verdad es que después de recibirlo se me quitaron un poquito las ganas porque, por alguna razón extraña, pensaba que era la misma historia de Crepúsculo (amor entre una humana y un vampiro) una vez más. No me decidí a leerlo hasta hace muy poquito, y tengo que confesar que me arrepiento de no haberlo hecho antes, porque me gustó mucho. Para empezar... ¡no hay vampiros!

Historia:

Personajes:

Ritmo:

Estilo:

Opinión :

Para que otros no cometan el mismo error que he cometido yo, os voy a copiar la sinopsis que yo leí muy a mi manera e interpreté al revés:

Voy a darte los tres consejos que a mi no me dieron.
Este es el primero:
Olvida todo lo que te han contado: los vampiros no existen, los lobos son solo animales y los magos, las hadas y los duendes se encuentran encerrados en grandes tomos de hojas desgastadas.
Quiero mostrarte la otra cara del mundo. Un lugar donde el peligro se enmarca en perfectos rostros de porcelana perlada, el amor es como una bestia salvaje sedienta de sangre que acecha y te arranca el corazón mientras estás dormido y la felicidad… la felicidad es un delito que se paga muy caro.

El libro comienza con una frase impactante: "Desperté y descubrí que había muerto". A partir de ahí Lena  De Cote nos narra su vida después de la muerte. Pero no, no creáis que es un vampiro. Lena no tiene colmillos ni se alimenta de sangre humana. Y tampoco es un zombi. Lena es... otra cosa. Y, encima, es incapaz de recordar nada de su vida anterior. En el mundo que ha creado Anissa hay tres clases de criaturas en las que uno se puede convertir si vuelve a la vida después de la muerte: cazadores, grandes predadores y guardianes. Lena es una cazadora, y como tal se alimenta de los humanos para subsistir. Pero no de su sangre ni de su carne, sino de otra cosa que no voy a decir para no spoilear demasiado.

Es mientras Lena se acostumbra (a duras penas) a su vida como cazadora cuando entra en escena el misterioso Christian Dubois. ¿Y qué clase de criatura es ese tal Christian? Premio: un gran predador. Eso significa, entre otras muchas cosas, que su corazón late, al contrario del de Lena. Y cada latido bombea un intenso dolor por todo su cuerpo, lo cual hace que su existencia sea bastante dura.

Aquí debo hacer un inciso para decir que, aunque esta novela no es ni mucho menos una copia de Crepúsculo, sí que se nota que ha bebido bastante de ella. No solo tiene eso del chico-guapo-y-perfecto-pero-peligroso que se enamora de la chica-no-tan-perfecta, sino que también hay escenas y situaciones muy parecidas. Esto, sin embargo, no desmerece la novela, porque Anissa ha sabido ser muy original y salir adelante con muy buen pie. Y es que algo que me ha gustado mucho de esta novela ha sido los personajes que tiene. Lena y Christian, los protagonistas, si bien acarrean con los típicos defectos de ese tipo de parejas literarias, tienen su propia personalidad que los hace diferentes. Ni Lena es tan cargante como la señorita Swan ni Christian es tan agotadoramente perfecto como el señor Cullen, y eso es algo que se agradece.

Aquí un servidor con la encantadorísima Anissa en la Feria del Libro de Madrid.

(¡Gracias a Ifigenia por la foto!)

Otro punto a favor de la novela es que tiene unos personajes secundarios muy interesantes. No sé que pensaréis los que lo hayáis leído, pero a mí Lisange y Liam (dos de los miembros de la "familia" De Cote) me han encantado. Aunque creo que no voy a ser el único a quien Lisange le recuerde un poquitín a Alice. De todos modos, la novela se completa con unos diálogos geniales, de esos que de verdad parecen diálogos entre personas normales y no resultan artificiales.

Peeero... no todo va a ser bueno. Ahora ha llegado el turno de hablar de lo que menos me ha gustado de la novela: el ritmo. Como veis le he dado un tres, así que tampoco es que sea un desastre ni mucho menos, pero sí que ha hecho que la novela se me haya hecho un poco pesada a veces. Hay escenas repetitivas y lentas,  sobre todo en la primera mitad, y eso es lo que no me ha terminado de convencer en la novela.

En conclusión, Éxodo es una novela muy buena, bastante original y, sin duda alguna, un debut excelente de su autora, Anissa B. Damom. Yo ya estoy impaciente por leer la segunda parte, porque ese final me ha dejado mordiéndome las uñas.