Crónica de la QBL (II)

Crónica aletera de la 

(Segunda parte)

Después de muchas aventuras temporales y vampíricas, Mike y Selene se dirigen hacia la estación de metro para volver al albergue. De repente, Mike se queda mirando algo tirado en medio de la calle. Selene hace lo propio. Se le ilumina el rostro. ¡Es un pie! ¡No, no! ¡Es una pierna transparente de maniquí! Pega un gritito, sonríe y ante las risas de Mike, lo coge y sigue andando. En casa tiene un maniquí sin cabeza, ni piernas, ni brazos... ¡Ahora ya tendrá al menos una pata! Así que las cinco patitas se van hacia la estación de metro.  Mientras esperan en la estación de metro ven a dos blogueras (las caras se quedan, los nombres no), así que se presentan. Son Nora y Eileen, las chicas de Reflejos de papel. Oh. Oh. ¡Somos familiaaaaa! ¡Nuestras primas! ¡Yuuuupi, familia madrileña! Si es que los De Papel estamos en todas partes... 

01.00 

Llegan al hostal y se sienten tontos al no poder abrir la puerta de la habitación con la maldita tarjetita. ¿Por qué innováis, en serio? Haced las cosas para tontos, que iremos mejor... Al final nos abre un amable guiri en paños menores (no tenemos okupas, sólo compañeros de habitación) y nos pregunta si having troubles. No, jugamos a darle mamporrazos a la cerradura (bueno, o lo que sea) a la una de la mañana. El having-troubles-half-naked-boy nos deja pasar y después de meternos en nuestros pijamitas, nos vamos a dormir... 

02.30 

¡Sí, ja! Como que iba a ser tan fácil. Mike se va a dar una ducha, hace un calor espantoso. Como no tiene sueño (!) se mete por los mundos de la blogosfera y sí, comprueba que NADIE se dignó a comentar esta entrada fantasma que Selene había preparado con tanta ilusión. Al final se da otra ducha, porque hace calor y tampoco hay cosa mejor que hacer a esas horas de la madrugada. Mientras, Selene odia a la gente que pasa por la calle y a los basureros y se pregunta si será mejor morir de calor o de sueño. Resultado: una noche en vela, dos bloggers medio sobados y dos compañeros de habitación con insitintos homicidas [qué exagerada eres, Selene]. Si el having-troubles lo hubiese sabido, no nos dejaba entrar. Por cierto, ha desaparecido de la habitación de 5.00 a 7.00 y a  eso de las 9.00 se ha ido definitivamente. A saber. 

09.00 

¡Ya es hoy por la mañana! ¡Por fin! Con apenas tres horas de sueño a las espaldas, Mike y Selene se levantan, se asean, hacen sus maletas y se van a desayunar. Una hora y poco después salen del Mad Hostel hacia el AJ, donde esperan otros bloggers. Por supuesto, el pie de Selene se viene con nosotros. Abandonar está feo. Él nunca lo haría.

11.00, más o menos.

Llegan al AJ. Allí esperan Esteban, Álex, Loving Paris, Bruja en la luna y Anabel. Nos registramos (Hola, soy Miguel Apellidos) y dejamos las cosas en consigna (¿por qué la llave está atada a un chuchillo envuelto en celo? Qué raros son en este país...). Y... ¡vamos que nos vamos al Retiro, donde está la Feria del Libro! 

(Foto de grupo, cortesía de la adorable Bells)

12.00

Cuando llegamos a la puerta esa donde habíamos quedado y nos costó mucho encontrar, no están aún todos los bloggers, así que los esperamos mientras charlamos y reímos. Todos llevamos nuestras identificaciones y nuestras cintas azules y blancas. Y, por supuesto, Bella está con su omnipresente megáfono, con el que habría de guiarnos en el día que nos aguardaba.

Es como una regresión a la infancia pero a lo guay. ¡Excursión! Como no tenemos qué hacer, Liki y yo cotilleamos: ella me enseña la camiseta de Bella y yo le enseño la chapa de Esteban, que ella había diseñado. Por supuesto, cae alguna que otra foto que nos coge (a casi todos) desprevenidos.

Después ya toca el ferieo propiamente dicho, y nos dispersamos para ver a algunos autores. Selene se va pronto, porque ha quedado con unos amigos, pero volvería más tarde. Mike, mientras tanto, caza alguna que otra firma, y conoce a un adorable Francesc Miralles (Retrum) y a una más adorable aún Bárbara G. Rivero (Laila Winter). Como es tonto se quedó sin foto, pero al menos se llevó sus dos libros firmaditos.

13:51 (según la cámara de Ifigenia, igual eran las 3, pero a saber... si alguien sabe la hora real que lo diga o calle para siempre).

Llegamos a la caseta roja de Mapfre, que estaba muy muy muy lejos y donde supuestamente habíamos quedado para ir después a comer. Hacía un calor MORTAL, pero por suerte estábamos a la sombra y bien provistos de agua. 

Aún faltaba gente, y cuando llegaron todos los que faltaban llegó también el turno de una nueva foto grupal: 

Todos juntitos fuimos a buscar un sitio donde comer, y encontramos un bar de mierda muy acogedor con unos camareros muy antipáticos serviciales. Como muestra del amorío camareril que se respiraba por ahí, os dejamos una muestra real de algo que nos pasó en la aventura en busca y captura de algo de agua de Mike, Esteban y Álex.

Veo que Álex y Esteban se levantan.
-¿Adónde vais? -pregunto.
-A comprar agua, que tardan mucho.
-Voy con vosotros.
Nos dirigimos a la parte delantera del bar, donde nos atiende una malhumorada camarera made in mala hostia.
-¿Qué queréis? -nos pregunta, destilando veneno dulzura.
-¿Nos puedes dar tres botellas de agua?
-¿Estáis en la parte de atrás?
-Sí -admitimos-, pero no nos han atendido todavía.
-Yo no os puedo dar agua aquí, tenéis que ir atrás y esperar.
-Pero joer, que solo queremos agua -dice Álex con cara de niño bueno-. No vamos a pedir nada más.
La camarera no cede, pero entonces entra en escena un segundo camarero, que parece apiadarse de nuestros rostros demacrados y con aspecto deshidratado. Le dice a la camarera que nos dé el agua, pero ella insiste:
-No os puedo dar agua, porque en la mesa tiene un precio y aquí tiene otro, y bla, bla, bla. <- insertar cháchara malhumorada aquí.

Huelga decir que, tras mucho insistir, la tía acabó vendiéndonos el agua. ¡Ja! Blogueros unidos jamás serán vencidos.

(Álex y Mike)

Tras volver a la mesa y esperar mucho rato a que nos atendieran las cámaras volvieran a asomar la nariz, y llegó el turno de alguna que otra foto.

(Esteban, Mike, María, y un trozo de Álex)

Cuando llegó la comida (después de algunas equivocaciones de un camarero perfecto muy altanero y cosas que, según él, no habíamos pedido), disfrutamos de unos deliciosos bocadillos hechos con pan del día anterior. Y después...

...¡llegó el momento de los juegos, premios y sorteos!

Pero... ¿creíais que os lo íbamos a contar todo hoy?

Ja, ja.

Para saber lo que pasó entre tanto juego, nuestra aventura como tributos en el Capitolio y tal vez, solo tal vez, lo que pasó aquella noche... habrá que esperar hasta el miércoles. No os preocupéis, porque os tendremos entretenidos: para mañana y pasado tocan reseña y un nuevo IMM. ¡Hasta entonces!

PD: ¡Gracias a todos aquellos a los que les robamos fotos
(Hemos perdido la cuenta de todos).